Auto-hackearse

Jorge Holguin Pyngwi
4 min readOct 27, 2020

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Todos nos sentimos estancados de vez en cuando, y hay que entender estos momentos como parte de un proceso natural. Pero en lugar de buscar respuestas, he descubierto que buscando en las preguntas se puede desentrañar ciertas complejidades de la vida, como un ejercicio para auto hackear nuestro cerebro.

La mente es maleable, como la plastilina, y nuestras experiencias determinan su forma. Este proceso se compara mejor con el ejercicio físico. Ej., 25 repeticiones de levantamiento de pesas no agrandarán o le darán firmeza a los músculos, pero 25 repeticiones al día durante un año sí lo harán. Lo mismo ocurre con la mente y, adoptar nuevos hábitos hará que con el tiempo cambie de forma.

Las preocupaciones cuando toman un hábito compulsivo no permiten lograr la recuperación natural después de que nos han abordado, lo que desencadena en tensiones, nerviosismo, angustia y ansiedad constante. Si el uso de la mente se emplea en su mayoría para escanear en el mundo las amenazas potenciales, y para buscar las formas de aliviar una preocupación implacable, con el tiempo, literalmente la mente se transformará en una máquina de ansiedad finamente ajustada.

Lo mismo ocurre con los sentimientos, pensamientos y emociones negativas. Sea lo que sea en lo que descanse la mente, ya sea ira, dudas o miedo, la mente eventualmente tomará esa forma.

Afortunadamente, podemos moldear nuestra mente en una dirección mucho más positiva aprovechando el poder de la neuroplasticidad a través de la práctica regular de la atención plena, y créanme, en mi caso esto si que es bien difícil ya que desde los 5 años se me diagnosticó con TDAH (Trastorno con deficit de atención e hiperactividad). Lograr concentración pareciera una utopía en mi vida. Pero estar más consciente es lograr más resistencia, desarrollar un enfoque más claro y controlar las emociones de una manera más efectiva.

En los comentarios dejaré 7 preguntas que uno debería hacerse regularmente para permitir auto hackearse. Si alguien quiere hacer su aporte para sumar, es bienvenido. Mi propósito más que ayudar es acompañar, que al final es lo único que está a nuestro verdadero alcance.

  1. ¿Qué parte de esta situación está bajo mi control? Una pregunta poderosa porque muy poco está bajo nuestro control. Aunque muchas personas ven esto como un problema, concentrarse en lo poco que se puede controlar, es descubrir que esto no es una debilidad sino una fortaleza.
  2. ¿Qué evitas constantemente? La mayoría de las veces, sabemos qué hacer, pero lo evitamos constantemente, a pesar de la evidencia. Aunque lo fácil sea darle a estas cosas la importancia del 🖕… de algún modo son esas cosas las que van a venir tarde o temprano a jodernos la vida.
  3. ¿Qué pensarían mis mentores sobre esto? Esta pregunta le permite a uno tomar la perspectiva de los demás. Y mejor aún, la perspectiva de alguien a quien admiras mucho. Nota al margen: no es necesario que conozca personalmente a su mentor. Muchos de los míos, aún no los conozco personalmente, están muertos hace cientos de años y/o la mayoría provienen de libros.
  4. ¿Qué pensaría mi yo del mañana? Todo sucede en un contexto y nuestras decisiones a menudo se reflejan en ese contexto. Por eso esta pregunta es tan valiosa. Al igual que tomar la perspectiva de un mentor, se puede tomar la perspectiva del yo futuro, o del yo anterior, lo que sea que sirva mejor.
  5. Si digo que sí a esto, ¿a qué estoy diciendo que no? Steve Jobs dijo una vez que solo diciendo no puedes concentrarte en lo que es importante en la vida. Ésta línea es interesante porque me ayuda a revelar la potencia de esta pregunta. Ya sean nuestras relaciones, nuestra carrera o nuestra salud, debemos reflexionar sobre lo que más apreciamos. Entonces, cuando decimos que sí a una cosa, sabemos que no estamos diciendo que no a algo que es más importante.
  6. ¿Esto va en la misma línea con mis valores? Las personas suelen tomar decisiones que no se alinean con sus valores. Hay muchas razones para esto, pero la mayoría de las veces es porque no se hacen esta simple pregunta. La próxima vez que esté haciendo algo y no se sienta del todo bien, pregúntese cómo está sirviendo a lo las cosas que uno más valora en la vida.
  7. ¿Qué es lo peor que puede pasar si intento esto? A veces, lo peor que puede pasar no es tan malo como se cree. Y si es así de malo, se puede poner en práctica las contingencias reflexionando sobre esta cuestión.

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Jorge Holguin Pyngwi

Principalmente escribo canciones, lo de aquí son fragmentos e intentos por escribir otras cosas.